
Febrero/Marzo
Primer sábado de Cuaresma
Fecha variable según el calendario litúrgico
CALENDARIO
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n Santiponce, municipio de la provincia de Sevilla, con el comienzo del tiempo cuaresmal tiene lugar el Via Crucis del Aljarafe que se celebra en el anfiteatro y el entorno de las ruinas de Itálica.
.....Organizado por la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario de Santiponce, el origen de este Vía Crucis se encuentra en el realizado el primer sábado de Cuaresma del año 1990 y en él que los hermanos de la Hermandad de Nuestro Padre Jesus Nazareno llevaron, desde el templo parroquial de San Isidoro del Campo, la imagen del Nazareno, talla de mediados del siglo XVII y atribuida a la gubia de José de Arce, a Itálica junto con trece hermandades más de la comarca de Aljarafe.
.....El recorrido esta cargado de una gran solemnidad, potenciada por la instalación de un hilo musical que envuelve el ambiente de canto gregoriano y ayudando a la meditación y reflexión al paso de la comitiva.
.....Aunque en la historia de la ciudad italicense no se conocen martilogios cristianos, la simbología del anfiteatro de Itálica evoca aquellos que tuvieron lugar en el gran Coliseo romano, haciendo que el entorno artístico y escultórico en el que se desarrolla el acto lo hagan único en nuestra geografía.

.....Este Vía Crucis, arraigado profundamente tanto en Santiponce como en la mayor parte de la provincia y la propia capital hispalense, nos ofrece una de las más bellas manifestaciones religiosas, culturales y estéticas que se pueden contemplar cada año por estas fechas.
.....Como es tradicional, las Cofradías participantes se integran en el cortejo procesional representadas por sus Cruces de Guía y faroles, al objeto de que cada Cruz presida una de las catorce estaciones, en la misma arena del anfiteatro romano, de que se compone este piadoso acto.
.....En este acto entre piedra, leyenda y naturaleza, es posible apreciar toda la grandeza y majestad del imperio romano a los pies de este Jesús Nazareno que, en este tercer milenio de la cristiandad, hace florecer cada año el Evangelio en las ruinas milenarias, de ésta que fuera Itálica famosa, convertida por unos instantes en templo y morada de Dios.
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